Para quien disfruta del suspenso
y de la acción que propicia un buen drama criminal ésta serie realizada por la
BBC es una excelente opción. La adaptación de las novelas policiacas de sir
Arthur Conan Doyle creada por Mark Gatiss y Stephen Moffat moderniza al afamado
detective Sherlock Holmes dándonos un nuevo enfoque en los casos pero sin
perder la esencia y todo aquello que nos ha fascinado a quienes hemos leído las
novelas.
Si bien es cierto que el mundo
policiaco es sombrío y en ocasiones escabroso, no se dejen engañar por las
palabras “drama” y “criminal” ya que la serie cuenta con increíbles guiones y
actores que darán vida a escenas llenas de acción y misterio así como de humor.
Sherlock es altamente
recomendable, para que pongan a prueba sus dotes de investigador o simplemente
para que se dejen encantar con la personalidad de los personajes; y con tres
temporadas al aire, de tres capítulos cada una, y confirmadas (pero no del
todo) la cuarta y la quinta, les dejo una reseña del primer episodio de la
primera temporada de Sherlock.
“Estudio en rosa” es la adaptación libre de Estudio en Escarlata.
John
Watson, interpretado por Martin Freeman,
regresa a Londres después de haber cumplido como soldado en el extranjero y
tratando de adaptarse a la vida de civil así como a sus nuevos gastos se
encuentra con su viejo amigo Mike Stamford, quien intentando ayudarle lo
convence de ver la posibilidad de compartir un piso con Sherlock Holmes: un
hombre misántropo y frío, con una capacidad de análisis, un cerebro y una
personalidad únicos, y con un toque geek (diría yo), representado por el
galardonado actor Benedict Cumberbatch.
Ambos deciden ver el apartamento de la calle Baker del cuál es casera la Señora
Hudson (Una Stubbs), antigua cliente
Sherlock.
Tras una
serie de extraños suicidios, siendo el último el de una mujer vestida de color
rosa, el Detective Inspector Lestrade (Rupert
Graves) recurre a Sherlock en busca de ayuda para este peculiar caso y Holmes,
sintiéndose como un pequeño en navidad, acude sin demora al lugar de los hechos
acompañado del Dr. Watson. Es aquí, al ver el cadáver de la víctima, donde
verdaderamente se muestra la capacidad de deducción de Sherlock Holmes a quien
solo bastan unos minutos para dejar atónito a su colega y exasperado al D. I.
Lestrade con sus bien definidas conclusiones; e ignorando a Anderson, el médico
forense de Scotland Yard con quien al parecer Sherlock no trabaja bien, nuestro
detective va en busca de una pista importante: una valija rosa desaparecida,
mientras Watson recibe una misteriosa llamada y es obligado a subir a un auto
que lo llevará a conocer a un enigmático hombre con una sombrilla y una muy
interesante oferta.
Al haber hallado la valija,
Sherlock y John van tras la pista del posible asesino sin sospechar que,
durante un cateo de drogas en el piso del detective, el mismo causante de los
suicidios, un simple taxista, le hará frente a Sherlock y lo someterá a la misma
presión que a sus anteriores víctimas. Pero si bien el juego de la ruleta rusa
pondrá a Holmes en peligro no deben preocuparse por la vida de nuestro
detective ya que será salvado por el disparo oportuno de su nuevo compañero de
piso, sin embargo, antes de morir y por supuesto luego de revelar las causas
que lo llevaron a cometer el asesinato de cuatro personas, el hombre moribundo revela
un nombre: “Moriarty”, el cerebro detrás de todo el siniestro juego.
Con una manta sobre los hombros
por el “shock”, Sherlock da información sobre lo sucedido a Scotland Yard, sin
revelar de quién provino el que disparo que mató al taxista, y tras dejar la
escena del crimen se va en compañía de Watson pero ambos son detenidos
momentáneamente por nada más y nada menos que el hombre de la sombrilla, quien
resulta ser el hermano del detective Sherlock Holmes, un hombre con un cargo
menor en el gobierno (aunque Sherlock diga que su hermano es el gobierno mismo)
interpretado por uno de los creadores de la serie: Mark Gatiss; luego de
intercambiar unas cuantas palabras, con una vista de nuestros protagonistas
alejándose del lugar y la promesa de comida china y galletas de la fortuna
llegamos al final del primer episodio de Sherlock.
Ambos hombres, Sherlock Holmes y
el Dr. John Watson, no podrían ser más diferentes pero el intelecto de Holmes y
la experiencia médica de Watson los llevarán a resolver los casos más
extraordinarios forjando así una unión inquebrantable, así que tómense un rato
libre, acomódense, y disfruten de esta magnífica serie.
Por Eleni Adler.
No hay comentarios:
Publicar un comentario