Aunque en los libros “Los niños del bosque” son un tema del que se habló extensamente desde el primer libro, en la serie podemos notar que se menciona poco acerca de ellos y sólo en la primera temporada.
Al igual que en los libros, el tema de los niños del bosque se retoma. En los libros en Festín de Cuervos (4to libro de Canción de Hielo y fuego) y en la serie al final de la 4ta temporada como vimos el pasado Domingo.
Este es un fragmento de Juego de Tronos (1er libro de Canción de Hielo y Fuego) en donde Bran, El Maestre Luwin y Osha tienen una conversación acerca de la leyenda de Los Niños del Bosque. También habla un poco de los nuevos y antiguos dioses y como se volvieron parte de Poniente.
Si no has visto el último capítulo de Juego de Tronos, no te preocupes, pues el texto está libre de spoilers y funciona sólo como información extra para los curiosos. Probablemente el tema se expliqué de manera más completa en la siguiente temporada y por supuesto que será de gran relevancia para el futuro no solo de Bran, si no de una buena parte de los Stark.
Los Niños del Bosque
—Eran el pueblo de la Era del Amanecer —dijo el maestre Luwin mientras se tironeaba de la cadena del cuello—, los primeros, antes de que existieran reinos y reyes. En aquellos tiempos no había castillos ni aldeas, ni ciudades, ni siquiera había un mercado entre este lugar y el mar de Dorne. Y no había hombres. En las tierras que hoy conocemos como los Siete Reinos sólo habitaban los niños del bosque.
»Eran morenos y hermosos, de pequeña estatura, los adultos no eran más altos que nuestros niños. Vivían en las profundidades del bosque, en cuevas e islas en medio de los lagos, y en ciudades secretas de los árboles. Eran ligeros, rápidos y gráciles. Machos y hembras cazaban juntos, con arcos de arciano y trampas arrojadizas. Sus dioses eran los dioses del bosque, del arroyo, de la piedra, los
Antiguos dioses cuyos nombres son secretos. A sus sabios los llamaban verdevidentes, y tallaban rostros extraños en los arcianos para que vigilaran los bosques. Nadie sabe cuánto tiempo reinaron los niños, ni de dónde llegaron.
»Pero, hace unos doce mil años, aparecieron en el este los primeros hombres, cruzaron el Brazo Roto de Dorne antes de que estuviera roto, Llegaron con espadas de bronce y grandes escudos de cuero, y montaban a caballo. A este lado del mar Angosto jamás se había visto un caballo. Sin duda aquellas bestias asustaron a los niños tanto como las caras en los árboles a los primeros hombres.
Empezaron a construir aldeas y granjas, y para ello talaron los rostros y los echaron al fuego. Los niños, horrorizados, fueron a la guerra. Dicen las antiguas canciones que los verdevidentes utilizaron magia negra para hacer que los mares se alzaran, barrieran la tierra, y destrozaran el Brazo, pero ya era tarde, no se podía cerrar la puerta. Las guerras prosiguieron hasta que la tierra se tornó roja con la sangre de los hombres y los niños, pero más sangre de niños que de hombres, porque los hombres eran más altos, más fuertes, y la madera y la obsidiana podían bien poco contra el bronce. Por último prevaleció la sabiduría de las dos razas, y los héroes y jefes de los primeros hombres se reunieron con
Los verdevidentes y los danzarines de los bosques, entre los bosques de arcianos de una isleta situada en el centro del gran lago llamado Ojo de Dioses.
»Allí fraguaron el Pacto. Los primeros hombres se quedaron con las tierras costeras, las altas llanuras y los prados luminosos, las montañas y los pantanos, pero los bosques serían para siempre de los niños, y ningún arciano se talaría en ningún lugar del reino. Para que los dioses fueran testigos, se talló una cara en cada árbol de la isla, y después se fundó la sagrada orden de los hombres verdes, para guardar la Isla de los Rostros.
»El Pacto marcó el inicio de cuatro mil años de amistad entre los hombres y los niños. Con el tiempo los primeros hombres olvidaron a sus antiguos dioses, y empezaron a adorar a los dioses secretos del bosque. La firma del Pacto puso fin a la Era del Amanecer, y marcó el comienzo de la Edad de los Héroes.
—Pero has dicho que los niños del bosque ya no existen —dijo Bran cerrando los dedos en torno a la brillante punta de flecha.
—Aquí no —dijo Osha mientras cortaba con los dientes el último trozo de venda—. Pero al norte del Muro la cosa cambia. Allí es adonde fueron los niños, y los gigantes, y las otras razas antiguas.
—Mujer, lo lógico sería que estuvieras muerta o cargada de cadenas —dijo el maestre Luwin con un suspiro—. Los Stark te han tratado con más bondad de la que mereces. No está bien que se lo pagues llenando de tonterías las cabezas de los chicos.
—Pues dime adonde fueron —insistió Bran—. Quiero saberlo.
—Y yo, y yo —apoyó Rickon.
—De acuerdo —gruñó Luwin—. Mientras los reinos de los primeros hombres resistieron, el Pacto se mantuvo en pie, abarcó la Edad de los Héroes, la Larga Noche y el nacimiento de los Siete Reinos. Pero llegó un momento, pasados ya muchos siglos, en que otros pueblos cruzaron el mar Angosto.
»Los ándalos fueron los primeros, eran una raza de guerreros altos de cabellos rubios, que llegaron con acero, con fuego y con la estrella de siete puntas de los nuevos dioses pintada en el pecho. Las guerras duraron cientos de años, pero al final los seis reinos del sur cayeron ante ellos. Sólo aquí siguieron dominando los primeros hombres, porque el Rey en el Norte derrotó a todo ejército que intentó cruzar el Cuello. Los ándalos quemaron los bosques de arcianos, talaron los rostros, asesinaron a los niños allí donde los encontraron, y proclamaron por doquier el triunfo de los Siete sobre los antiguos dioses. Así, los niños huyeron hacia el norte...
Imagen "The children of the forest" de HBO. Wikia
Adriana Cuellar L.
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